lunes, 27 de octubre de 2014

Sobre (mi) OSTOMÍA

Hoy fue un día genial. Nos reunimos con algunos de mis amigos ostomizados. Nos une un lazo de profunda amistad, solidaridad, cariño, respeto y todos tenemos en común: una ostomía. (Bah, cada uno tiene la suya, se entiende, no? jaja) Y vos, te preguntarás, qué es una ostomía?? Y acá la docente que llevo en el alma pasa a explicarte. Una ostomía es, como dice WIKI, "una operación quirúrgica en la que se practica una abertura (estoma) en la pared abdominal para dar salida a una víscera al exterior, como el tracto intestinal o uno o ambos uréteres. Las heces o la orina en tal caso se recogen en un dispositivo diseñado especialmente para ello"... o también conocida como "un agujero en la panza, por donde asoma un cachito de intestino, que alrededor tiene pegada una bolsita especial que recoge los desechos del sistema digestivo". Varias son las razones por las que cada uno de nosotros llegamos a tener que afrontar este tipo de cirugía... algunos por obstrucciones instestinales, por tumores que implicaron "cortar" un poco de intestino y buscarle una salida alternativa, por casos severos de C.U. y Crohn (como es mi caso), etc. Algunos pasan por esto por un tiempo corto, otros tendremos que vivir así forever and ever. Algunos lo aceptamos rápido... a otros les lleva más tiempo... otros lo intentan y no lo logran. Algunos intentamos llevar vidas normales y a otros les cuesta un poco más... porque imaginate, no es fácil. Un día tenés "la tubería" normal y al otro día salís del hospital con la cañería interrumpida... y en una parte de tu cuerpo, un objeto extraño, la famosa "bolsita". Seguramente, ahora que leiste esto, te quedaste pensando... y en tu familia, algún tío, un abuelo, un vecino, pasó por esto... vos no sabías muy bien de qué se trataba, pero algo de lo que te cuento te resulta conocido. "Ano contranatura", le dicen algunos. Qué denominación más horripilante. Pero seguro de eso escuchaste hablar en algún momento. Si te contara cuánta gente conocida tiene una ostomía, no lo podrías creer... pero como esto no es un facebook chimentero, a otra cosa mariposa.
Te decía... hoy me reuní con mis amigos. Obviamente hablamos de la vida, del trabajo, de la familia, del calor, del calor, del calor y de nuestros problemas como pacientes. Porque es así... que estemos operados, recuperados y vivos, no nos exime de tener algunos problemitas. Bueno, si te empiezo a detallar, estaría días y días escribiendo. Pero hay 2 cosas fundamentales en las que todos hoy coincidimos. A saber: 1°. por qué tendemos a ocultar nuestra condición?, 2°. por qué nos cuesta tanto conseguir aquellos insumos que sí o sí necesitamos para llevar una vida digna y lo más normal posible?
La respuesta a la primera... no sabría... o sí, qué sé yo... siempre vemos cuerpos "perfectos" en la tele, las revistas, la calle... y la verdad que nosotros estamos llenos de cicatrices, agujeros, cosas raras pegadas por ahí. Entonces, nos da vergüenza ponernos una bikini, ir a la pile, a la playa, usar ropa ajustada y que se nos note "la boooolsaaa", porque la gente mira raro, no entiende, tampoco pregunta pero pone cara de "y a ese qué le pasó?!". Entonces, ahora qué ya te conté qué es, quiero mostrarte cómo es. Cómo es mi cuerpo ahora, así, todo agujereado, todo cosido, todo estirado, todo cambiado. Así nos vemos "los ostomizados", algunos con más o menos cicatrices, más o menos cirugías, más o menos gorditos, más o menos marcados. Así que ahí me saqué unas lindas selfies y te las muestro. Debajo de toda esa ropa suelta, holgada, grande, que tendemos a usar, está eso, una bolsita que por arte de magia, un día nos devolvió la vida.


La segunda respuesta, es más sencilla. Como todo persona con una enfermedad crónica (que no se cura y con la cual tendremos que vivir siempre), generamos un gasto al sistema de salud, por lo tanto, somos un número que genera más números ( estos últimos acompañados del signo $ o u$s, mayormente). Nuestra condición es costosa de llevar. Nuestra condición le sale caro a nuestras obras sociales (los que tenemos la dicha de poder trabajar) o al Estado. Entonces, todo es difícil. Por suerte la ciencia y la medicina avanzaron mucho en estos años y los insumos y productos que necesitamos se fueron perfeccionando. Antes se usaban unas bolsas espantosas de caucho, que no eran apropiadas y generaban más problemas que soluciones... ni hablar de lo deprimente que era tener que usarlas. Hoy en día son más prácticas, delicadas, se adaptan a cada cuerpo según las necesidades de cada persona... pero siguen siendo caras. Y no sólo eso, sino que, algunos piensan que con tener disponible una bolsa cada dos o tres días es suficiente y no tendríamos por qué quejarnos. Y por qué entonces, pedir "lujos" como más bolsas en un mes o bolsas especiales, con formas diferentes o accesorios distintos? Es sencillo. Cada persona es diferente. Cada ostomía es diferente. Cada cuerpo reacciona distinto. Cada persona tiene un estilo de vida particular. Es por eso que a medida que pasa el tiempo, necesitamos productos más específicos. Y ya estarás cansado de leer todo esto, por lo que seré breve. Nuestro problema es que muchas de esas "opciones" que por suerte existen, no llegan a nuestro país (por diferentes motivos)... y muchos tenemos que conformarnos con lo que tenemos, aunque no sea lo adecuado... o inventar cosas locas para suplantarlos, poniendo en riesgo nuestra salud. Así es que con este grupo de amigos, creamos una petición para ver si quienes tienen el poder de decidir sobre los insumos que necesitamos los ostomizados se ponen las pilas y nos prestan un poco de atención. Acá te dejo el link, por si todavía no firmaste: https://www.change.org/p/coloplast-argentina-hagan-llegar-al-pa%C3%ADs-estos-insumos-para-ostomizados-minicaps-y-kits-de-irrigaci%C3%B3n

Ennnnnn fiiiiiiiiiin. Te quería mostar eso y contarte un poco sobre mí y algunos amigos que me regaló la vida.
Ah, y de paso, los desafío a "mostrarse"... a ver quién se anima a que dejemos de ser invisibles?

martes, 8 de julio de 2014

Renacimiento

A esta ahora, hace un año, todavía estaba en el quirófano.
Antes de la operación, durante muchos años, gran parte del día a día era molesto, doloroso, incómodo, inexplicable, insoportable. Todo lo bueno que me ofrecía la vida, se veía atravesado por diferentes molestias físicas que terminaban transformándome en una persona opaca, sin ganas de nada, sin ideas ni proyectos que pudiera realizar.
Hoy es inevitable pensar en todo eso. Tengo que vivir con un agujero en la panza y una bolsita pegada alrededor forever and ever, pero eso pasa a un segundo plano si pienso en todo aquello que pude volver a hacer, ¡volví a vivir!.
Entonces, también es inevitable pensar en esos días previos, el miedo, la esperanza, la incertidumbre... y todas las persona que estuvieron ahí, de alguna forma u otra, acompañando como podían. Los que no me fallaron nunca y permanecieron... y los que aparecieron en el momento más indicado a brindar amor y solidaridad (vos, hermanito de sangre, sos la fiel representación de eso). Mis doctores, todos ellos (y son muchos) que siempre priorizaron a la persona detrás de la enfermedad. Mi familia, que se comportó como siempre, como una familia unida todo terreno. Mis viejos, pero especialmente mi Mamu, que prácticamente estuvo internada conmigo los 20 días y sufrió y luchó el triple que yo. Mi madrinita que hizo de mamá cuando la original tenía que descansar (oh, amor de madre, tía y madrina, todo concentrado en una persona...)
No los voy a mencionar a todos porque me llevaría unas cuantas horas y tengo que ponerme a trabajar. A muchos trato de agradecérselo siempre que puedo. Todos saben el papel importante que jugaron y que tienen hoy en día. A los anónimos, un cariño eterno.

viernes, 31 de enero de 2014

Hartazgo

El lunes fui a ver a mi cirujana. Esperaba ansiosa que me de el alta de una buena vez. "En un mes hacemos la próxima cirugía", me dijo. Me paralicé. No me salía decirle "No quiero operarme, me quedo así"... Por suerte miró de nuevo la historia clínica y se dio cuenta de que una nueva cirugía no valía la pena. Pfffff... qué susto, querida! Igual no me deja volver a trabajar hasta que no me dé el alta la endocrinóloga... quien recién me verá en marzo. Ya no sé cómo hacer para tomarme las cosas con calma...